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Ordenadores Gaming

El fantástico mundo del Gaming…
También el económicamente exigente mundo del Gaming…
¿Y por qué no decirlo? también el frustrante mundo del Gaming…

Algunos clientes me han preguntado alguna vez si les puedo hacer un ordenador para jugar por menos de 1.000€, y siempre les respondo de la misma manera: a qué tipo de juego van a jugar y qué exigencias tiene el futuro jugador.

Es importante conocer de primera mano el tipo de juego, ya que los hay con requisitos fácilmente asequibles y, por el contrario, juegos muy exigentes. Un juego como Fortnite, por ejemplo, puede moverse bastante bien con un hardware sencillo, al igual que un Minecraft, pero un Cyberpunk 2077 es brutalmente exigente, y no seremos capaces casi de mover al personaje con un ordenador medio.

El perfil del jugador también es importante, porque hay personas que se conforman con una calidad de imagen mínima mientras se mueva bien, y otras que prefieren sacrificar FPS a favor de la calidad. Por último tenemos a los que no quieren sacrificar nada y quieren jugar a una alta tasa de frames.

Muy a tener en cuenta también la resolución a la que se va a jugar, no es lo mismo hacerlo a 1080p que a 2K o 4K. Para jugar a resoluciones mayores de 1080p (Full HD) no hay discusiones posibles, necesitamos sí o sí invertir mucho más.

De momento, en este artículo nos centraremos en el juego a 1080p, ya hablaremos más adelante y en otro apartado del blog de jugar a mayores resoluciones.


¿Entonces cómo lo hacemos?

No existen los milagros, primera norma del gamer, cuanto antes la asuma antes aprenderá a aceptar la realidad y por lo tanto dar rienda suelta a su felicidad… 🙂

Para jugar a juegos poco exigentes no habrá problemas para ajustarnos al presupuesto deseado de 1.000€. Para el jugador que no dé importancia a la calidad, pero quiera jugar a juegos exigentes, puede que empecemos a tener más problemas para no sobrepasarlo, pero cuanto más cerca nos quedemos de ese precio, más injugable será el juego y menos futuro tendrá ese ordenador.


¿Por qué no soy capaz?

Mi filosofía de trabajo y mi política de calidad, no me permiten entregar algo que sé que en un futuro próximo dará problemas o no cumplirá con las expectativas, incluso cuando el propio cliente acepta de antemano lo que está comprando. Cuando empiezan los primeros problemas o el bajo rendimiento se hace evidente, nadie se acuerda del presupuesto ajustado ni de los problemas que hubo para crear ese ordenador con tan poco dinero, simplemente se espera más de un ordenador que nació con limitaciones.

Evidentemente hablamos de los clientes gamers exigentes que quieren rendimiento y calidad en juegos de altos requisitos.

Mis ordenadores deben cumplir unas normas mínimas para ser vendidos, éstas son válidas tanto para ordenadores gaming como para ordenadores de uso profesional o personal. De su cumplimiento dependen la vida útil del equipo y la inversión futura. Son las siguientes:

  • Todos los componentes deben ser de calidad, compatibles y de marca reconocida
  • La placa base, la fuente de alimentación, la memoria RAM y el procesador como mínimo han de poder sobrevivir varias generaciones sin ser cambiados
  • La memoria RAM debe poderse ampliar
  • A ser posible, hay que instalar un SAI para protegerlo de sobretensiones

Si las cumplimos, creedme, lo agradecerá a la larga vuestro bolsillo ya que el costo de ampliarlo será menor y su longevidad será mayor. Aunque en el segundo aspecto entran otros factores que no podemos controlar, entre ellos la suerte o algún defecto de fabricación.

Entonces, respondiendo a la pregunta, es evidente que estas normas tienen implícito un desembolso inicial más elevado que si no se cumplen, aunque menos frustración y desembolso futuros.


¿Cuál es mi forma de trabajar?

Lo primero es conocer el presupuesto y el uso del ordenador, en este caso, será para jugar, por lo que la tarjeta gráfica cobrará protagonismo, seguida del procesador y memoria.

Escojamos componentes:

La placa base

Teniendo siempre en cuenta las normas ya mencionadas, se empiezan a buscar en la base de datos del proveedor los componentes más adecuados. Empezando por la placa base, cuyo chipset debe ser en la medida de lo posible el superior de la generación actual. No hace falta comprar la placa más cara, porque la estética también influye en el precio y hay que sacar el máximo de provecho de cada euro.

A veces, esperar unas semanas hace que podamos adquirir alguna placa compatible con procesadores de generaciones futuras, hay que tenerlo en cuenta.Las conexiones, puertos de expansión, etc. deben adaptarse a nuestras necesidades.

El procesador

Muy importante para no crear cuellos de botella, o lo que es lo mismo, cuando un componente va más rápido que otro e impide su máximo rendimiento.

Existen páginas web donde aparecen clasificados los procesadores con mayor y menor puntuación, dada por los usuarios y en base a su rendimiento con cierto hardware. Pueden sernos de ayuda, para encontrar el mejor calidad-precio del momento.

Si vamos a jugar a 1080p, el procesador toma un papel muy importante, ya que es muy probable que tenga que trabajar más que la gráfica si ésta es suficientemente potente para mover los juegos a esa resolución o más. La gráfica esperará que el procesador procese los datos con los que posteriormente ella trabajará, si no lo hace con suficiente soltura, la gráfica irá por debajo de su rendimiento y tendremos un cuello de botella.

Si jugando vemos que la gráfica está por debajo del 90-99% y el procesador ya está al 100%, tenemos un problema o empezamos a tenerlo. Nos está indicando que a la velocidad máxima de procesado del procesador, no le está entregando a la gráfica todo lo necesario para cubrir su potencial.

En resoluciones 2K y 4K la cosa cambia, porque es la gráfica la protagonista, y el procesador no tiene por qué ser tan potente. Es por eso que a mayores resoluciones mejores gráficas, y podemos trabajar con procesadores menos potentes e incluso de generaciones anteriores. Esa es la explicación al resultado del porcentaje de cuello de botella que nos dan las webs que lo calculan, cuando subimos resolución el cuello de botella del procesador disminuye, al contrario de lo que nos podría parecer en un principio.

En general, las últimas generaciones de procesadores tienen un muy buen rendimiento, incluso los i3 de Intel. Para jugar, los Intel i5 desde la 7ª generación son una muy buena opción, sin tenerse que comprar un i7. Eso sí, si nos lo podemos permitir, con un i7 estaremos cubiertos más tiempo.

Si en un futuro queremos hacer overclocking, es decir, hacer trabajar el procesador por encima de su frecuencia de serie, necesitamos que sea uno del tipo K «unlocked» para que podamos hacerlo. De igual forma la placa base debe tener esa posibilidad.

En AMD, los últimos años están saliendo muy buenos productos, incluso rinden por encima de Intel en tareas de mucha carga de trabajo, aunque en gaming, Intel está un poquito por delante, incluso con litografía menos avanzada.

No podemos olvidar un elemento muy importante ligado al procesador, su refrigerador o cooler. Podemos hacerlo con aire o con bloque de agua. De su eficacia dependerá la temperatura de trabajo y el ruido, además de la posibilidad de hacer trabajar a mayor frecuencia o no la CPU. Siempre intento convencer al cliente para invertir un poco más y poner un buen cooler.

En aire puedo aconsejar encarecidamente Noctua, capaz de llegar a niveles de temperatura tan bajos como kits de refrigeración líquida, con niveles de sonoridad muy buenos. La marca Cooler Master también está haciendo un buen trabajo, y su precio suele ser menor.

En refrigeración líquida la cosa se complica, podemos encontrar kits todo en uno (AIO) o customs, donde puedes personalizar todo el conjunto como quieras dando la forma y color que más te guste. Las marcas más reconocidas son Corsair, Arctic, Cooler Master y NZXT. En custom no hay duda que si tenemos presupuesto muy elevado, debemos ir a por EKWB.

Finalizando el apartado del procesador, tampoco podemos dejar de hablar de la pasta disipadora. Un elemento de extrema importancia que puede hacernos variar el conjunto en varios grados. Es un compuesto pastoso mayormente, aunque existen en formato de metal líquido, que se intercala entre la superficie del procesador y el cooler, se encarga de aumentar la eficacia de transmisión de temperatura entre ambos elementos. Sin la pasta, la superficie inexacta de la cpu no estaría totalmente en contacto con la superficie metálica del cooler, con lo que el calor que se generaría sería muy elevado. La pasta se encarga de cubrir esas imperfecciones y transmitir el calor de toda la superficie del procesador hacia el disipador, a partir de ese punto, es éste último el que realiza el trabajo de expulsar ese exceso de temperatura.

Puedo recomendar dos marcas, Arctic Silver y Noctua. Yo tengo de las dos, los modelos MX-4 de Arctic y Noctua NT-H1 y NT-H2. Cuanta mayor conductividad térmica tenga, mayor calor disipa.

Para finalizar, apuntar que también podemos encontrarla en formato almohadilla de diferentes grosores.

La memoria RAM

En el momento de escribir este artículo, las memorias más rápidas para montar en placas base son las DDR4, pero en breve empezará a comercializarse las DDR5. No confundáis con las GDDR, que son las que montan las tarjetas gráficas, y que actualmente están por las GDDR6.

Hay otros valores como los MHz y las latencias (CL), importantes también para tomar la decisión final de su compra.

Primeramente y sabiendo que el equipo será para jugar, debemos considerar empezar con 16 Gb en lugar de 8 Gb. A ser posible comprar en kits de 2 porque nos asegura un Dual Channel perfecto, es decir, 2×8 Gb. Nos siguen quedando dos bancos más de memoria para una ampliación futura, siempre y cuando hayamos comprado una placa con 4 slots de memoria.

Ahora mismo, considerar los 32 Gb no tiene sentido si no es que se usará el ordenador para otras tareas que consuman mucha memoria o se hará un uso muy intensivo del multitasking mientras se juega.

Decidida la cantidad, nos queda valorar otros aspectos como la velocidad, latencia, estética, etc. Si no se va a hacer overclocking, la limitación de velocidad (MHz) nos la pone el procesador y la placa. Para nada compramos una memoria a 4000 MHz si nuestro ordenador como máximo las hará funcionar a 2933 MHz.

La latencia es el tiempo que transcurre desde que se hace una petición, es decir, se realiza una acción en el ordenador, hasta que se recibe la respuesta. En las memorias podemos encontrar un valor llamado CL o Latencia CAS. La latencia CAS mide el número de ciclos de reloj que pasan desde que se realiza una petición para leer un dato hasta que dicha información está disponible. Por lo tanto, cuanto más bajo sea el valor CL más rápida es la respuesta y por consiguiente más rápida es la memoria.

Marcas como Kingston, Crucial y Corsair serán nuestras candidatas, valorando en todo momento la calidad-precio y si alguna de ellas está en promoción.

La tarjeta gráfica

Hemos llegado al apartado más importante de un equipo gaming. Si hemos escogido bien los componentes anteriores, habremos creado una base para entrar en equilibrio con la tarjeta gráfica, y será también nuestra base para una futura ampliación cuando la queramos cambiar.

Es el componente que nos puede hacer mejorar el ordenador considerablemente en juegos, y que con solo cambiarlo podamos actualizarlo de nuevo y cumplir con creces los requisitos de cualquier juego.

Es importante tener en cuenta que a medida que pasan los años, los procesadores también evolucionan, así como las gráficas, podremos mantener nuestro procesador si lo hemos comprado con visión de futuro, pero poco a poco irá creando cuello de botella a nuestra gráfica cuando la cambiemos por una superior, como he comentado en apartados anteriores. Mientras este cuello de botella no sea preocupante, podemos continuar con nuestra configuración inicial y cambiar sólo la tarjeta gráfica. Llegará un momento en que esa obsolescencia programada pondrá fin a esa convivencia si queremos estar a la última en tarjetas gráficas.

Principalmente tenemos tres fabricantes de gpu’s y muchos ensambladores.

GPU (graphics processing unit): nVIDIA, AMD e Intel.
Ensambladores: Asus, EVGA, Gigabyte, MSI, Zotac, Sapphire, KFA2, Palit, Gainward, etc.. además de los propios fabricantes de GPU.

Para resoluciones de 1080p, lo más importante sería el procesador, pero claro, la gráfica tiene que dar la talla como mínimo a esa resolución. A mayores resoluciones como 2K y 4K tenemos que invertir más en este componente. Dependiendo de la calidad gráfica a la que queramos jugar, el tipo de juego y los fps que queremos conseguir, tendremos que irnos a unas u otras categorías de gráfica.

En el momento de escribir este artículo, la gama más alta se denomina RTX 3090, ofreciendo un muy buen rendimiento en todas las resoluciones. Además, con la ayuda del DLSS de Nvidia podemos obtener más rendimiento todavía. Yo sigo pensando que el juego a 4K todavía no se ha convertido en una meta fácil de alcanzar si queremos superar los 60 fps con soltura, incluso con la RTX 3090. El coste de intentarlo es muy alto y las garantías bajas, porque influyen muchos otros factores como la propia optimización del juego. Tecnologías como el DLSS facilitarán mucho las cosas en un futuro próximo, pero yo recomiendo jugar a 1080p o 2K con soltura que intentarlo a 4K y ver nuestra experiencia arruinada.

Un juego a 1080p y ultra tiene una calidad gráfica impresionante y muy satisfactoria, la inversión en monitor es menor y en la gráfica también. Nos garantizamos una experiencia fluida en la mayoría de los casos y una larga vida a nuestra configuración si el procesador es potente. De aquí unos años, cuando el 4K sea el estándar, todo habrá bajado de precio y será más económico jugar con soltura a esa resolución.

Está claro que la industria tiene que innovar y hacernos pagar a los consumidores los costes de esa evolución, pero no caigáis en esa trampa, esperad, tened paciencia. La imagen a la distancia que jugamos se ve muy bien en todas las resoluciones, no hay ninguna ventaja en calidad que justifique jugar a unas u otras resoluciones, en cambio sí en velocidad y en desembolso económico. Claro que a mayor resolución más nitidez y mayor PPI, pero creedme, yo juego a 1m de distancia con un monitor ultrawide a 1080p, todo en ultra y la calidad de imagen es impresionante, además, un monitor 4K o 2K me haría el resto de tareas mucho más complicadas, ya que todo se ve minúsculo a no ser que tengas el zoom activado y ¿entonces qué sentido tiene? Para trabajos de imagen y vídeo, sí puede ser recomendable o necesario trabajar a esas resoluciones, pero aquí hablamos de gaming y no de otro tipo de uso.

Fuente de alimentación

Seguirá próximamente….

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